En esta película, al igual que en otros proyectos anteriores como "The Way to Fight" o "Fudoh", Miike aborda uno de sus temas favoritos que es la violencia en el mundo juvenil, que más tarde volvería a tratar en numerosas ocasiones, pero esta vez narrando la difícil transición del mundo estudiantil a la vida adulta, y quizá más centrado en las relaciones sentimentales e interpersonales.
Para ello se sirve de su eficaz y espectacular sentido de la acción, plasmando peleas callejeras como pocos autores han conseguido hacer, pero también tenemos muchas secuencias más intimistas, quizá demasaidas, donde por culpa de una narrativa poco clara y algunas subtramas bastante flojas, la películas pierde el ritmo en más de una ocasión.
Afortunadamente, también tenemos algunos momentos típicos de Miike que nos dejarán con la boca abierta, así como algunas secuencias que en principio están fuera de lugar (¡Ese baile flamenco!) pero que terminan siendo lo mejor del film, que hacen que sin duda el visionado de "Young Thugs: Innocent Blood" merezca la pena.
Así que teniendo en cuenta que esta película está lejos de ser de lo mejor de su autor, sin duda merece la pena aunque quizá no sea el mejor punto de partida para comenzar a disfrutar de su filmografía.
Puntuación: ***
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